DULCE Y TRISTE RECUERDO
Si alguna vez tu sombra idolatrada
Surge en el negro mar de mi dolor,
Mansa te adora el ánima angustiada
Y astro de bien te nombra el corazón.
Mas la memoria te recuerda triste,
Y sola, y pobre, y huérfana te ve:
Mi alma otra vez de duelo se reviste,
Y mi cielo de sombras otra vez.
Y sabe Dios lo acerbo de mi pena.
Mas mi pena es por ti, yo bien lo sé:
Y eso borda de flores mi cadena
Y hace mi amargo cáliz todo miel.
Sufrir por ti, dichoso me resigno;
Tú por mí acaso sufrirás también...
¿Mas yo angustiar a un ángel? No soy digno:
¡Volved, angustias, lágrimas, volved!
Bogotá, marzo: 1854.
Rafael Pombo