LAS QUEJAS DE JIMENA
Delante del rey León salió J̌imena una tarde
Demandando iba justicia por la muerte de su padre:
—Justicia, señor, justicia si me la quesiereis dare:
cada día que amanece veo el que mató a mi padre
caballero en su caballo y en su mano un gavilane;
comiome mis palomitas, cuantas en mi palomare,
las gordas él me las come, las flacas sus gavilanes
y las que no le servían a mi las vuelve a dare.
El rey que en esto no juzga no merecía reinare,
ni comer pan a manteles ni la reina folgare.
—Haremos un gran consejo, J̌imena, si a ti te plaće,
de casarte con el Cidi sabiendo que tanto vale.—
Alegre salió J̌imena de sus palacios leales:
el que huérfana la hizo, con él se hubo de casare.
Poesía oral sefardí, ladino, judeo-español
[versión de Tetuán recogida por Manuel Manrique de Lara en 1915 (con varias músicas y sin datos del informante)]