RECUERDO DE LA GRANJA DE MORERUELA
III
Déjame que en tu seno me zambulla
donde no hay tempestades; como esponja
habrá en Tí de empaparse mi alma, monja
que en el cuerpo, su celda, se encapulla.
Mientras Satán sobre este mar aulla
al husmo de almas con que henchir su lonja;
más dulce aquí que jugo de toronja
me es tu agua, Señor. Ni me aturulla
el vaivén de su mundo, ya que dentro
vivo de mí viviendo en tu bautismo;
sólo perdido en Ti es como me encuentro;
no me poseo sino aquí, en tu abismo,
que envolviéndome todo, eres mi centro,
pues eres Tú más yo que soy yo mismo.
[Salamanca, junio de 1911]
Miguel de Unamuno