LA TORRENTERA
Curvando su avanzar de trecho en trecho
como en un arrastrarse de serpiente,
la torrentera sube hacia la fuente
y ahonda su camino en el repecho.
Bajó el agua de nieve, y a despecho
de las rocas hostiles, su corriente
desgarró el duro suelo y en hirviente
turbión, cavó a lo largo y se hizo un lecho.
Volvió el sol. En la sierra calcinada
se borró la postrera pincelada
de nieve. Vagabundo, soñador,
va un hilo de agua entre las piedras grises.
En la escarpa, semejan las raíces
nervios desnudos que crispó el dolor.
Manuel Magallanes Moure