EL DOS DE MAYO
INTRODUCCIÓN
¿No escucháis, ciudadanos, por do quiera
Cual resuenan los cánticos sagrados,
De las campanas el plañir doliente,
Y del cañón el hórrido tronido!
Todo recuerda el expirar glorioso
De Velarde y Daoiz, y otros mil héroes
De la patria en las aras inmolados.
Que alzó el tirano la feroz cuchilla,
Gritando fiero: ¡esclavitud o muerte!
Y alzado con valor el noble Ibero,
¡Antes que esclavitud muerte suframos!
Clamara sin temor, y del tirano
Hundió en el polvo la soberbia fiera.
Imitad, españoles, tal ejemplo;
Por siempre libertad: jamás al yugo
Doblar sumisos el alzado cuello,
Si osa insultar un bárbaro tirano
A nuestra libertad en negro día,
Clamad Daoiz y Velarde, y sus hazañas
Puedan serviros de dichosa guía,
Y en derredor retumbe el eco fuerte:
¡A España gloria, a los tiranos muerte!
José María Heredia