TRADUCCIÓN DE JOSÉ-MARIA DE HEREDIA
EL LECHO
Bien sus cortinas sean de sarga o de brocado,
Triste como una tumba, o alegre como un nido,
Es en él donde el hombre duerme en paz o se ha unido;
Esposo, madre o virgen, en él hemos soñado.
De muerte o de amor, agua bendita lo ha regado,
Y bajo cruz o ramo que consuelo ha traído,
En él todo comienza y todo ha concluido,
Desde la infancia al cirio que arde ante un ser amado.
Pobre, o de rico encaje su cimera adornada,
De oro vivo o de rojo su madera pintada,
De encina, roble o pino, cerrado o descubierto,
Feliz quien con el alma tranquila dormir pueda
En el paterno lecho, de tela humilde o seda,
Donde todos los suyos han nacido y han muerto.
Ismael Enrique Arciniegas