CIRABEL VII
Sólo mi voz te puede penetrar,
porque soy el único
a quien has dado tus designios
en el vegetal aprendizaje de ti misma.
Mas no puedo decir que te poseo del todo,
sigues albergando en tu mirada
cuerpos nobles y ciudades derruidas.
Soy el único que te ha movido,
sea desde aquella fecha de luciérnagas,
cuando descubrí que tus aldeas
sustentaban el dogma de la vida,
o en mi semana de ablución
cuando reparto mi tierra y mis lunares
a los hombres que aún no se resuelven,
y te encontré total
alimentando a tus hermanos
con el pan supremo
que da el horno del exilio.
Soy el único que levanta tu nombre
sobre el mundo
como una fórmula para ablandar los ojos.
El único que traspuso el umbral de
tus distancias
para hacer contigo un pacto de semillas
Homero Aridjis