SPLEEN
Tarde gris; la llovizna golpea mi ventana
De codos en la mesa, mientras medito y fumo,
voy en las azuladas espirales del humo
proyectando recuerdos de mivida lejana.
La caída monótona de la lluvia incesante
me condena a forzoso y lánguido mutismo
en el rústico albergue, y me encierro en mí mismo
mascullando memorias de todo lo distante.
De pronto, siento pasos, y una moza garrida
pone junto a los restos de mi frugal comida
el café borbotante que perfuma y humea.
La requiebro; se esquiva; alza como al descuido,
al trasponer la puerta, la orla del vestido;
vuelve el rostro y sonríe...
La lluvia tintinea.
Enrique González Martínez