RÚSTICA
II
EL ORTO
Es el amanecer, y cuando ufana
salta la aurora iluminando el mundo,
se oye un himno magnífico y profundo
como el eco triunfal de alegre diana.
Por la vaga extensión, una campana
deja oír su tañido gemebundo,
y por el campo ubérrimo y fecundo
se dilata la luz de la mañana.
Todo saluda al sol; dan a porfía
las flores su matiz, el viento aromas;
el arroyo, confusa parlería,
un canto de verdor las altas lomas,
su pincelada azul la serranía
Y su erótico arrullo las palomas.
Enrique González Martínez