ENXIENPLO DEL GALGO E DEL SEÑOR
Estrofas 1357-1369
El buen galgo lebrero, corredor e valyente,
avíe, quando joven, pies ligeros, corriente;
avíe buenos colmiellos, buena boca e buen diente:
quantas liebres veya, prendíe de buena mente.
a su señor él syenpre algo le presentava,
de la corrida nunca vasío le tornava:
el su señor por eso mucho lo falagava,
a todos los vesinos del galgo se loava.
Con el mucho laserío fue muy ayna viejo,
perdió luego los dientes, corríe poquillejo;
fue su señor a caça e saltó un conejo:
prendiól', no l' pudo tener, fuésele al vallejo.
El caçador al galgo feriólo con un palo;
el galgo querellándos' dixo: «¡Qué mundo malo!
quando era mançebo, desíenme: ¡halo, halo!
agora, que so viejo, disen que poco valo.
»En mi juventud caça por pies non sse me yva,
a mi señor la dava, quier muerta e quier biva:
estonçe me loava; ya viejo, me esquiva:
quando non trayo caça, non me falanga nin sylva».—
Los byenes e loores muchos de mançebez
defienden la flaqueça, culpa de la vejez;
por ser el ome viejo, non pierde por ende prez,
el seso del buen viejo non se mueve de rrehez.
En amar al mançebo e a su loçanía
e desecharle viejo, faserle peoría,
es torpedat e mengua, maldat e villanía:
en el viejo se loa su buena mançebía.
El mundo codiçioso es d' aquesta natura,
sy el amor da fruto, dándolo mucho atura:
non dando nin serviendo el amor poco dura:
de amigo syn provecho non ha el ome cura.
En quanto da el ome, en tanto es preçiado:
quando yo dava mucho, era mucho loado;
agora, que non do algo, so vil e despreciado:
non ay mençión nin grado del serviçio pasado.
Non sse mienbran algunos del mucho byen antygo:
quien a mal ome sirve, syenpre será mendigo,
el malo a los suyos non les presta un figo,
apenas que el pobre viejo falle amigo.
E, sseñora, convusco atal a mí contesçe:
servivos byen e syrvo en lo que acaesçe:
porque vyn' sin presente, la vuestra saña cresçe
e so maldenostada, segunt que ya paresçe.—
«Vieja», dixo la dueña, «çierto yo non menty;
de lo que me dexistes yo mucho me ssenty,
de lo que yo te dixe, luego m' arrepenty,
porque talente bueno entiendo yo en ty.
»Mas temo e he rreçelo que engañada sea,
non querría me fuese, como al mur del aldea
con el mur de la villa, yendo a faser enplea:
desirte he la fasaña e fynque la pelea».
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320